Caminar hacia la vida, eso hago cada mañana; intentando descifrar o si quiera desarmar la
existencia, es tonto decirlo pero las
muchas horas frente a la ventanas del autobús no han bastado si quiera para comprenderla, mas que uno que otro pensamiento suelto y al
final cuando despiertas de tu propio letargo mental te das cuenta casi sorprendido que la vida es
aquella suma de imágenes que pasan rápidamente frente al cristal de tus ojos.
Hubiese deseado en algún momento, que la vida estuviese compactada en una enorme
biblioteca, seleccionada por tomos y categorías entre ellas el amor, la muerte,
la enfermedad, la decepción, la amistad,
el
odio, la alegría y por si fuera poco un libro pequeñito casi imperceptible
para el ojo humano con mi nombre. He llegado a imaginar que todo seria mas
sencillo, cuando pudiésemos cargar entre
nuestros bolsillos un libro con nuestra vida, estaríamos menos ansiosos y un
poco más preparados en el camino, pudiésemos
al fin comprenderlo todo.
Pero al final, esto solo se escapa de mi parte creativa he irracional al encontrar un montón de hojas sueltas, entre ellas la introducción con
mi nombre y un borrador que se supone que es el final…Pero en ultimas, nada que
sea verídico, legible, concreto o confiable todo lo que esta allí plasmado siempre estará sujeto a
cambios, porque la vida es así impredecible, llena de tachones y en ocasiones
sin nada que decir o escribir.
Quizás esta entrada, solo es el resultado de los sentimientos que me
embargan el día de hoy. La impotencia frente a la vida el pensar tanto y al
final no saber nada, recuerdo entonces un viejo dicho “Dios sabiendo y yo
adivinando” sin embargo aunque mi corazón, sabe a los gritos que Dios cuida de mi vida, a veces solo a veces
la vida pierde el sentido y a mi parecer todo se sale de los renglones.
¿Cómo manejar todo esto? ¿Cómo hacer
de cuenta que no duele? Alguna vez
escuche en una película una frase que dice: “Me he encargado de leer tanto de
la vida, que me he olvidado de vivir la vida” Puedo sentirme identificada al
saber que durante mi existencia he leído cantidad de libros sobre como vivir y al final cuando estoy
viviendo no se me ocurre nada, no se como empezar a escribir no se en
definitiva como manejarlo.
Pero también me remite a la palabra dos cosas: la primera aquella que dice: “¿Quién de
ustedes por ansioso que este, podrá añadir un codo a su vida?” y la
segunda: “ Echando toda vuestra ansiedad
sobre el, por que El tiene especial cuidado por cada uno de nosotros” Recuerdo entonces, que en medio de mi preocupación,
angustia o mi supuesto saber de cómo vivir,
solo bastan unos minutos de intimidad para acercarme a quien lo conoce todo a
quien si lleva entre sus bolsillo un librito con mis iniciales y al final de todas las paginas una firma con
su verdadero autor…Dios.
Tal vez en este punto, me he llegado a imaginar como el gran patriarca Abraham
saliendo de su tierra, siguiendo y confiando en la promesa de su hijo aun
sabiendo que su esposa ya era vieja he estéril y luego de esperar el cumplimiento de la misma es Dios
quien le pide que lo sacrifique……….Todo esto parecía salirse del renglón,
pero Dios que conoce cual es el plan para nuestras vidas, no hizo de esta una
historia corriente si no que se encargo de escribirla de inicio a final. No se cuantas emociones, sentimientos `pudo a
ver tenido Abraham durante este tiempo,
solo se que él confío cada minuto, cada
segundo en la voluntad de Dios y estoy segura que en muchas ocasiones descanso
el camino de la vida en la pluma de
Dios.
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