Tomaste mi mano y me quedé anclada en ella. Tenia miedo, pero no tenía necesidad de correr sino de quedarme y nada asusta más que la sensación de no poder irse. Pensé quizás y con una enorme posibilidad de equivocarme que quería permanecer a tu lado para siempre...La primera vez que te vi sentí un buen augurio, me deje cautivar por tú sonrisa y tu manías tan extrañas como las mías, ame la lluvia, el café, el vino y el cigarrillo presente en nuestras conversaciones aveces difíciles.
Amo tu recuerdo y quedará por siempre anclado en mi alma como la certeza de que hay amores que a destiempos son perfectos.
Tomaste mi mano y me quedé anclada en ella. Tenia miedo, pero no tenía necesidad de correr sino de quedarme y nada asusta más que la sensación de no poder irse. Pensé quizás y con una enorme posibilidad de equivocarme que quería permanecer a tu lado para siempre...La primera vez que te vi sentí un buen augurio, me deje cautivar por tú sonrisa y tu manías tan extrañas como las mías, ame la lluvia, el café, el vino y el cigarrillo presente en nuestras conversaciones aveces difíciles.
Amo tu recuerdo y quedará por siempre anclado en mi alma como la certeza de que hay amores que a destiempos son perfectos.