Debo confesar.

Es una extraña sensación está, de mírame al espejo y descubrir mis grietas cada cicatriz tiene nombres he historias. Procuro con delicadeza dejar filtrar el aire pero sobre todo la luz aquella que sana y que poco a poco va curando cada fisura. 

Es necesario sentirse roto y casi herido quizás mis lágrimas sean el oasis de alguien más, quizás mis grietas sean una obra  perfecta de lo imperfecto y el rastro seguro de amar y ser herido, herido y amado ¿De que se trata? Le pregunto a Dios, está es tu logica ¿Cómo se puede seguir amando y abrazar las piezas rotas?  Existe una teoría en la cultura japonesa:  Aquello que se rompe no debe ser desechado sino que, por el contrario al repararse adquiere más valor a eso le llaman "Kintsugi" las fracturas de cualquier pieza se arreglan con oro. Descubro con franqueza que hay un amor que me súpera  que me ácaricia el alma, descubro sus manos  heridas; por algo te haces llamar "alfarero"  con tus manos heridas y clavadas  también reparas, abrazas, consuelas porque tu amor puede más que mís miedos he inseguridades...

Dice el evangelio que una mujer que tenía flujo de sangre corrió entre la multitud para solo tocar el manto de Jesús ¿Quien me tocó? Pregunto Jesús, que ilogica esa pregunta está entre una multitud puede ser cualquiera. Aquella mujer sabía que Él es el Hijo de Dios, si tan solo tocará el borde de tu manto...Jesús al ver a la mujer menciona "hija por tu fe has Sido sanada" doce años viviendo el rechazo social y de los suyos, y solo hacía falta un "toque" para ser sanada. Debo confesar que durante estos últimos años tengo más grietas de lo habitual y descubro con un normal asombro que no soy la única  y que somos expertos en encubrir nuestras grietas y tenemos miedo a ser heridos...Jesús se define a si mismo como el "sanador herido" y es que Tú no tienes miedo eres generoso y simplemete te das, eres el primero en dejarse "Tocar" por nuestra miseria y solo repites " te amo" "aquí estoy" déjanos Señor descubrír esa gracia tuya de darse de mirar más allá de nuestra grietas  para ser simple y completamente amados y reparados  por ti. Pero también danos de ese corazón tuyo que roto  y sabiendo de rechazos, traiciones y muertes aún te entregas y nos   resucitas a la vida.

Ya te habia visto.

 

Dice el evangelio: "Antes de que Felipe te llamara, cuando aún estabas debajo de la higuera, ya te había visto". 

Desde hace unos meses hay un pensamiento que me persigue y me conmueve Profundamente  y es la idea ser vista por Dios "te veo" repite de forma constantemente en mi corazón y al igual que a Natanael es Jesús quien  sale al encuentro de mi escepticismo, terquedad he intentos de superioridad al  hacer todo a mi  manera. Debo confesar que perdí, perdí todo...Y he estado debajo de esta higuera hace un poco más de un año construyendo  mis propios argumentos y fortalezas para justificar  mis faltas, caprichos y marcadas ausencia de la casa del padre.

Sin embargo, Dios que nunca se deja ganar en amor me "ve" y siempre lo ha hecho con la paciencia y la ternura que le caracteriza aún cuando siento que que he estado sola, sin esperanza, aun cuando siento que todo es producto de mi culpa...Dios dice "te veo" en ningún momento su  mirada se ha escapado de mi solo esperaba que estuviera lista para reconocer y decir : "Eres verdaderamente el hijo de Dios, eres el Rey de Israel" se trata de ti no de mi y sin embargo te quedas conmigo.

Estoy aqui de nuevo y es quizás la muestra más poderosa. Porque  he vuelto a los lugares donde me amaste y me amas, los lugares donde hablas directamente al corazón. Y me he leído de nuevo en este blog y siempre fueron tus líneas no las mías. Haz doblegado mi voluntad  con tanta paciencia y aveces con tanto dolor pero "no hay otra forma" repites, es necesario porque todo lo que quieres es a mi, miéntras yo me alejo tu me buscas...Y me dices "te veo" y siempre lo haz hecho.

Mi corazón  ruge de amor por ti Dios pero sé con plena certeza que cada aliento es tuyo, que eres tú quien se pone primero, que tu me viste antes mucho antes y me haz amado. aunque tu rugido duele también sana, la arena en mis ojos limpian el alma y la sed me recuerda que dependo de ti y que este camino es tan nuestro que solo tu puedes ver las heridas de alma y sanarlas porque antes de que fuera tu ya eras, tu ya me habías visto.