Hace días que mis líneas no se cruzan por
este lugar. A decir verdad siempre ahí tanto por contar, expresar, escribir,
solo que entre una cosa y la otra la inspiración
se disfraza de cotidianidad, afanes, tareas, todo lo ordinario. Sin embargo en
lo profundo del alma, aun se respiran letras, cada imagen, sensación, experiencia
pide a gritos ser narrada, plasmada en
un rincón de hojas blancas, blanqueadas
por mi ausencia, extrañadas de mí ser. Que se retuerce, muriéndose de sed al
tener todo por decir y al final nada, ni una sola palabra; más que un suspiro moribundo
sediento de vida.
Estoy aquí, y eso me da una inmensa alegría.
Pero alguna parte de mi tiene la plena certeza, que a lo mejor no sea la falta
de inspiración, si no lo complejo que resulta explicar la vida en un par de líneas.
Entre el corazón, la razón y el tiempo se van entretejiendo otras formas de ver
salir el sol, de respirar el oxigeno, de atar y entrelazar la vida.
Un día pensé, que los anhelos de escribir
se habían marchado, que por alguna razón con la misma efusividad que me habían
robado el alma, casi silenciosamente y sin dolor habían dicho adiós. Sin
embargo el dejar de escribir no significa que ya no puedas o no gustes hacerlo;
significa cambiar de color, resignificar los pensamientos, interiorizar aquello
que parecía en un principio algo tan simple como la vida. De este modo, la
existencia también requiere silencios, pausas, rozarse con el otro, acariciar la
propia existencia y contemplarla desde las entrañas mismas. Solo desde ahí se
puede construir de manera coherente o si quiera arañar en letras lo que
significa la vida. Ya sea de forma poética o sutil, mi humanidad necesita sentirse y pensarse, por
esto no le tengo miedo a la ausencia de mis letras, que amenazan con
extinguirse. Confío por el contrario en la renovación de la misma, en el valor
que adquieran poco a poco con la experiencia.
A mis letras les guardo una profunda admiración,
pero todo lo que amas también necesita ser disciplinado. Escribir es un arte,
pero el arte necesita entrega, formación, práctica, compromiso, de ahí que
muchos poetas y numerosos escritores hayan conquistado el corazón de sus
lectores. No es desde lo plasmado, es desde lo reflexionado he interiorizado como nuestro, como parte de
todos, solo que a diferencia de muchos otros el poeta explica, entiende y
construye la vida partiendo de la belleza y la crueldad con el fin de que sean una verdadera obra de arte.
Interesante reflexión! Le pondría por nombre "evolución". Por otro lado, el poeta ilustra con recortes de realidad, viste la vida con ropas de su arte, quizás habrá renovación en el ajuar.
ResponderEliminarEs la exquisita presentación de algo que esta en proceso...
Saludotes!!