martes, 14 de abril de 2015

Mi encuentro con un Ángel...



Con frecuencia acostumbro caminar a solas por las calles de mi ciudad, es un habito  que ha cobrado con el pasar del tiempo  mayor fuerza, en tanto  me permite comprar algunos libros y entrar a orar, es decir a encontrarme con un buen amigo y reparar mi vida con todo y sus vientos contrarios. Trayecto en el que también  puedo contemplar en el silencio la imagen y la sombra de Dios que se esconde como un milagro, como un misterio en el mar de nuestros ruidos, afanes y dolores. Sin embargo,  Dios que siempre nos espera abre las puertas de su casa un lugar detenido en el tiempo, un pequeño oasis en el que el caos de cada hombre y su miseria humana tiene lugar en los brazos abiertos del Padre, Padre que también sabe de cruces y de arrepentimiento, un Padre que en medio de su agonía y la nuestra nos dice "Vete y no peques mas".


Fue así  y después de muchos días de soledad, tristeza y  vació producto del reconocimiento, el dinero y la vanidad que sacia todo menos el alma,  cuando ingrese a la iglesia de Chiquinquira que  mi alma volcada en dudas y  preguntas se derramaba ante Dios en una plegaria silenciosa, profunda como si las palabras fuesen resumidas en medio de sollozos y murmullos que repetían: "No dejes que me pierda Jesús , quiero volver a tus brazos "- Una voz externa, irrumpió diciendo: ¡No tengas miedo, Dios esta contigo y te ama! era el rostro de un hombre joven quien me indico que era un misionero y que quería orar conmigo, aquel hombre me tomo de las manos y con un amor infinito le rogaba a Dios por que mi vida fuera instrumento de su gracia, paz y para que a través de la misma muchos le conocieran; tal suplica fue un acto divino de esos que brotan en medio de la oscuridad trayendo consigo esperanza y vida al alma humana que después de trasegar con sus propias fuerzas y al igual que el hijo prodigo busca retornar a casa, casa de la que nunca debió a ver salido si no fuese solo para descubrir su propia miseria y la misericordia de un Padre que acoge y que sale a nuestro encuentro. Al culminar la oración y con mi rostro bañado en llanto no tuve palabras para agradecerle mas que con un abrazo, abrazo que al ser correspondido me recordaba  cual era mi misión real: Anunciar con mi vida a ese Padre que me había perdonado y  perdona, que ama, que espera pacientemente a todos sus hijos pródigos que van por el mundo cargados de heridas, dolores y vacíos...Aquel momento, se había transformado en un acto de bondad de un Dios que siempre es bueno, que es mi "Dios y mi todo" aun con mis faltas es Èl quien me encuentra y me llama. En ultimas, el hombre solo me pidió que orase por él así que me escribio su nombre en un papel, papel que guarde sin detallarlo, al llegar a mi casa descubrí que su nombre es: Angel, y efectivamente Dios mismo envió un Ángel desde el cielo para responder mi oración ¿Que si Dios nos escucha? Siempre lo ha hecho,  y esta mas vivo que nunca...

"Vivir una vida espiritual  significa llevar todo mi ser a la morada que le pertenece. Mi tarea espiritual verdadera consiste en dejarme ser amado, plena y completamente y creer que en este amor llegare al cumplimiento de mi vocación. Sigo intentando, llevar mi ser errante  inquieto y ansioso a su hogar para que pueda descansar en el abrazo del amor" 

HENRI NOUWEN

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Gracias por inmortalizar sus letras en este lugar