sábado, 5 de mayo de 2012

¡Tu scis quia amo te!


 
Hace unos días, mientras navegaba por las aguas de este mundo bloggero, encontré estas palabras: “Señor tu lo sabes todo, sabes que te amo” palabras cargadas de una infinita transparencia pero al mismo tiempo de tanta humanidad. Esta expresión no solo logro resumir  las preguntas mas inquietantes y profundas de mi ser, sino que también fue la respuesta mas natural y terrenal de quien quiere entregarlo todo, pero es incapaz de hacerlo; de quien pretende conocerlo todo y al final no saber nada. Esta fue la respuesta de Pedro, ante las insistentes preguntas de Jesús ¿Quién podría conocer mejor el corazón de Pedro? Si no el mismo hijo de Dios ¿Por qué preguntar?  ¿Para que lo hace? ¿Acaso duda  de mi fidelidad y amor? Es muy probable que esto hiciera eco en Pedro mientras respondía y es seguro que Jesús ya conocía su respuesta: ¡Sabes que te amo!

Simon Pedro! Simon Pedro! No es casualidad el tenerte aquí de nuevo como espejo de mí ser, como lo más semejante a mi humanidad. Un hombre impulsivo, optimista, orador, elocuente, teatral, un hombre que quería saberlo todo, saber que era limitado y tonto ante la sabiduría de Jesús, el mismo que salto al agua para caminar con Jesús y Luego se hundió, el mismo que por su orgullo no quería que Jesús lavase sus pies, el que piensa mas con la cabeza que con el corazón, el que esta cargado de coraje pero al mismo tiempo de un profundo miedo, el que negó a Jesús tres veces; aquel es pedro, aquel soy yo.


 
¿Que coincidencia es esta? y más cuando le preguntas a Dios ¿Quién de tus hijos se sintió igual que yo? Quien podría tener tanto miedo y sentirse tan cobarde. Son muchas las veces en que en medio de las preguntas sin respuestas  lo único que me ha quedado es un ¡te amo!  No puedo responder nada mas, no tengo nada mas que decir ante un: ¿hija me quieres?- Si te quiero, ¿hijas me amas?- si te amo. Sabiendo que Dios quien conoce todo, también conoce la miseria la franqueza y la sencillez de tal amor, solo puedo amarle con mi miseria. En medio de tantas equivocaciones y cobardías solo digo “Señor tu lo sabes todo, sabes que te amo” a pesar de mi debilidad. El gallo canto tres veces y entonces pedro recordó lo que le había dicho Jesús:

 Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliéndose fuera, lloró amargamente. Mat. 26:34

Que dolor tan profundo, al sentirse amado y luego traicionar tal amor,  esta es la sensación permanente de mi humanidad de mis propios errores y pecados. De aquello que es indigno ante la figura del amor que no reprocha ni condena nada con enojo o cólera sino por el contrario con el amor mismo. Creo que esto fue lo que hizo que Pedro se convirtiera, reconociendo su “Te amo” imperfecto en el espejo misericordioso de Cristo.




 Le dijo Jesús: —Apacienta mis ovejas”.

No puedo enumerar las veces en que yo misma le he reprochado a Dios que ¡Yo no soy la que El busca! ¡Que hay mejores que yo! ¡Que soy muy pecadora! Y sin embargo responde: Donde Abundo el pecado, sobreabundo la gracia. Más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. —Romanos 5:20.

Hoy me encuentro aquí, no se si con mas preguntas o la respuesta que mi alma ya auguraba con insistencia o la voz de Dios que sale al encuentro para confirmar lo que ha gritos salia entre mi pecho. —Apacienta mis ovejas”.   ¿Quién soy yo para hacerlo? ¿Cómo hacerlo? Y Dios responde: Yo se que me amas, eso es suficiente.

Solo basta amarle, con un amor cargado de defectos, miedo he  inseguridad, pero tambien con la sinceridad y sencillez de un corazón que sabe es  limitado. Estoy segura que Pedro pensaría lo mismo al escuchar estas palabras llenas de tanta responsabilidad, pero Dios también conocía a Pedro y sin embargo lo escogió como embajador de su reino aquí en la tierra.

 
Después de algunos siglos la imagen de Pedro ha sido precedida en muchos hombres que han aceptado el llamado y la voz de Dios en medio de todas sus imperfecciones. Que han permitido que la luz de Dios sea conocida por medio de sus vidas, que se entregan en un acto de amor por que se sintieron amados y llamados a cumplir lo que en una vida no se alcanza y es ¡hablar de Dios! Hoy ese llamado transciende a mi vida- Apacienta mis ovejas”.   Que puedo responder ¡Que te amo! Que me conoces y que quiero darte el “si” en medio de todas mi flaquezas ¡aquí estoy! Por que tu: “Señor tu lo sabes todo, sabes que te amo”





 

1 comentario:

  1. Nos pasamos la vida haciéndonos preguntas mientras las respuestas pululan a nuestro alrededor sin ser tenidas en cuenta.

    Un fuerte abrazo.

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Gracias por inmortalizar sus letras en este lugar