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El hombre le pregunta a Dios
- Hombre: "¿Por qué has hecho a la mujer tan bella?"
- Dios: "Para que te enamores de ella"
- Hombre: "Y entonces, ¿por qué la has hecho tan tonta?"
- Dios: "Para que se enamore de ti"
- Hombre: "¿Por qué has hecho a la mujer tan bella?"
- Dios: "Para que te enamores de ella"
- Hombre: "Y entonces, ¿por qué la has hecho tan tonta?"
- Dios: "Para que se enamore de ti"
¿Hablar de amor? Es enredarnos la vida, es hacer un poco mas compleja
la existencia, por eso de que para amar no existen razones mas que el mismo
amor. Desde este punto, creo que toda mi
vida he tratado de racionalizar este sentimiento, no por que no quiera sentirlo
de aquella forma arrasadora con la que llega y se instala en las paginas mas
importantes de mi vida, si no mas bien por que siempre he querido
encontrar en su misterio y encanto
alguna teoría que me diga el ¿Por qué somos tan tontas al enamorarnos? Quizás,
alguna parte de nosotras parece agotarse en el encanto del otro, a lo mejor sea
aquella que dice “nacimos para amar y ser amadas” Pienso entonces, en la
naturaleza de cada una de nosotras, en la manera como el corazón, la mente, la
mirada y el sentir al otro tan cerca y tan profundo de nuestras esencia nos
hace sentir completas. Es como si el corazón de cada una de nosotras extendiera
sus brazos hacia al otro y se aferrara de tal manera que al escucharlo latir,
fuese uno el que palpitara solo que con mas fuerza y todo gracias ¡al amor!
¡Amor! Aun al escribir estas
palabras, puedo sentirlo cerca, puedo percibir la sensación de querer salir
corriendo y con una efusividad ajena a mi normalidad decirle ¡Cuánto le amo! No
me considero una mujer cursi, pero si creo ser una mujer
que se apasiona con el alma, que desnuda el corazón con delicadeza y
encanto, una que suele hacer promesas para toda la vida, que sabe que el amor
tiene un precio y que se acoge al corazón de quien le ama como si fuera su
único hogar. Solo que si me cuestiona,
al verme al espejo y preguntarme ¿Qué me paso? ¿Cuándo me enamore de esa
manera? ¿De que manera su forma de ver y distinguirme entre todas la demás
cautivo mi ser? ¿De que forma la redes
de su corazón lograron atraparme, para querer estar toda la vida a su lado? Quizás
estas serian excelentes preguntas para un proyecto de investigación personal,
sin embargo aunque muchas hipótesis han rondado mi cabeza y algunos libros me
han ayudado a construir este sentimiento he descubierto con simplicidad y
sorpresa el motivo de nuestro letargo y es
el hecho de amarles.
“Prometo ayudarte amar
la vida y a tener la paciencia que el amor exige, hablar cuando hagan falta
palabras, compartir el silencio cuando no, vivir al abrigo de tu corazón y
llamarlo siempre hogar.”
Todos los días de mi
vida
De amarles tanto, solo de la única forma que una mujer sabe hacerlo…con
el corazón, de aquella forma en que ni soy ni eres…solo somos, producto de la
casualidad, del destino o de la bondad de Dios al crearnos con una porción de
su amor infinito solo para compartirlo los dos, de ahí una frase de Mario
Benedetti: sé que voy a quererte
sin preguntas sé que vas a quererme sin respuestas. Así, es el amor tan simple
y silencioso que te toma por sorpresa en
alguna estación de la vida y de repente te encuentras amando, de la manera en
que nunca lo imaginaste.
¿Loco? ¿Tonto? ¿Verdadero? Creo te tiene un poco y mucho de las tres,
en especial cuando la tontada proviene de ambas partes, de aquellos extremos que un día
se sintieron atraídos, amados, enamorados. De esto, lamento profundamente la cantidad de mujeres que se acercan a
diario buscando un consejo, ya sea para recuperar a su pareja o solo para
buscar la manera de que esta las vuelva amar, lo siento como propio porque se
lo que significa amar y querer compartir toda una vida. Me encuentro con
mujeres sumamente afligidas, enfermas y con psicólogo abordo al terminar una relación
amorosa y con una pregunta entre su corazón ¿Por qué fui tan tonta? A veces
quisiera responder con firmeza su desesperada pregunta, en muchas ocasiones
solo recurro a mis conocimientos profesionales pero en el fondo de mi misma también
me planteo la misma pregunta ¿Por qué somos tan tontas al enamorarnos? Creo que
después de esto y de todo, aunque el amor no tenga explicación alguna si existe
un factor valiosísimo y es algo que se llama AMOR PROPIO. Se que podemos estar
enamoradas, pero el amor siempre busca el bien del otro, no podemos dar de lo
que no tenemos, ni nadie puede pasar por encima de nuestra dignidad….¡NACIMOS PARA AMAR Y SER AMADAS! Y el
amor tiene su origen en nosotras mismas.
Quizás este solo sea un intento de responder tantas preguntas que
rondan mi cabeza, pero es imposible no conmoverse en un mismo sentir, el ver el
rostro y el corazón de tantas mujeres que esperan ser amadas, que entre llanto,
risas logran narrar aquella vez cuando lo vieron por primera vez, los sueños,
los planes. Aunque se que es estar profundamente enamorada también se que es
perder, que significa el dejar en libertad con la certeza de que no solo me
estoy salvando a mi misma sino al otro de aquellas formas de amar que provocan
tanto sufrimiento, de aquellos amores que matan algunos por la fuerza con la
que se aman; en los cuales se estaría dispuesto a entregar la vida el uno por
el otro, y en otros casos aquellos que nos matan por la ferocidad de tal amor
que solo causan daño.
Muchas gracias por todo esto que has escrito. Me ha ayudado en este momento tan difícil que estoy pasando, al igual que muchas otras mujeres en todo el mundo. Tienes una forma muy bonita de expresar todo lo que sientes y piensas, muy pocos poseen ese don. Me ha tocado en mi herida espiritual reciente y quiero llevarme esto que he aprendido para el resto de mi vida, además de compartirlo con otras mujeres que necesiten una guía en casos amorosos extremos. Te agradezco de todo corazón. Si no hubieras escrito todo esto, me sentiría perdida en este momento.
ResponderEliminarInfinitamente, gracias... gracias...