jueves, 27 de diciembre de 2012

Carta a un Sacerdote



Hola mi querido Oscar o más bien mi querido Padre. Lamento como siempre no escribirte o llamarte; pero esto no quiere decir que no seas importante, sabes que siempre te he querido, respetado y admirado.

Antes de iniciar me gustaría que supieras como se vio todo desde mi butaca: Unos días antes de tú ordenación estaba ansiosa, sabía con seguridad que estarías en retiros, de un lado para otro, tenía la plena certeza que estabas feliz, sin embargo también sabia de tu ansiedad, de la mezcla de emociones, del ¡Gracias! Tan esperado, de las nuevas responsabilidades y retos que implica este nuevo paso, del aplomarse y transformar tantas emociones, años, tiempo, en un momento de intimidad, de estar a solas con El, con el mismo Dios que te había llamado y que solo porque ha sido bueno te concedió tal gracia y regalo. Al final, solo decidí unirme a la numerosas oraciones, el doblegarme ante aquel Dios maravilloso y darle gracias por tu vida, por lo que ha hecho en ti, por lo que ha hecho en mi atreves de tu amistad. No te puedo negar que llore profundamente, quizás será por aquel amor infinito que nos ha mostrado Dios, que como augurio gritaba a mi alma que habías escogido la mejor parte de la vida, del servicio y del amor.

Llego el día tan anhelado, como lo esperaba habían muchas persona reunidas para tal momento; ese día supe que eras un hombre muy especial no solo para mi si no para todos los que te rodean y que de alguna forma al igual que en mi habías dejado tu nombre clavado en sus vidas. Si las palabras alcanzaran para describir la dicha que desborda el alma; ya no serias mi amigo ahora serias el amigo y el  Padre de muchos. Al entrar a la Catedral procure hacerme en las ultimas bancas, no porque no quisiera verte, si no al igual que María entre la multitud quería contemplar los momentos de su hijo amado, de su ministerio; así quería estar, en el silencio, pero algunas frases entre plegarias y oraciones quedaron en el aire. Tenía tantas ganas de Llorar, que entre tanta ansiedad, alegría, lágrimas sabía algo hermoso: Que te quería.

Al llegar a mi casa, procure mantener la tranquilidad, entregue y abandone en Dios todos nuestros planes, nuestros sueños y pedí que hiciera lo mejor para Ti y para mi, que este  sería un momento definitivo, pero que no sería el final de todo. Rogué a Dios para que retornara las fuerzas a Tu vida, el amor y la entrega primera para los años que aun hacen falta.
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Era el 2 de Diciembre, el día de Tu primera Eucaristía. ¿Cómo podría faltar? Al ir en el autobús me encontré con una joven muy particular y carismática llamada Yenny note que estaba como desorientada y que entre sus paquetes uno llevaba Tu nombre, así que supuse que al igual que yo  compartiría tal momento. Al hablar con ella, me conto a grandes rasgos el tiempo en la Universidad contigo, nombro que siempre habías sido así: amable, buen amigo, excelente orador. Fue grato encontrar otro pedazo de tu historia entre la multitud.

Al llegar a la Parroquia logre verte, al parecer Yenny tenía muchas ganas de saludarte no sé quien estaba más emocionada si ella o yo. Luego quise acercarme, pero por primera vez no sabía cómo tratarte ¿Qué podría decirte? ¿Padre? ¿Oscar? Así que preferí, sonreír.  

Al iniciar la Ceremonia muchos momentos me conmovieron, entre ellos cuando le diste la bendición a tu mamita y como olvidar la “Oración del Burro” Creo que fue el momento en el que más llore, lloraba por todo, por alegría, por conocerte, por permitirme estar ahí, porque en definitiva DIOS ES BUENO y porque de alguna manera podía identificarme con cada palabra que salía de tal oración QUE TU DIOS ERA MI DIOS y que lo mismo que había hecho contigo lo podía hacer por mí.

Durante la Ceremonia procure mantener mis ojos cerrados, en primer lugar no me gusta que me vean llorar y por otro lado quería disfrutar tal momento en comunión con Dios y contigo. Luego fue la recepción y la comida, para ese momento estaba más tranquila, sabía que pronto lograría adaptarme a tu nuevo papel.

No te cuento nada de las otras semanas posteriores, más que estuve muy enferma y que al igual que Tu continuo en el proceso de formación ya que la escuela de Dios es eterna. Sé que me acostumbrare a estar entre los muchos, que al igual que ese día quiero estar cerca, pero no tan cerca. Cuando Dios te da algo, es porque sabe y tiene la confianza que podrás llevarlo pero recordando siempre que no es que el siembra ni el que cosecha el que se lleva los méritos, es el que da Fruto y el único que puede hacerlo es  Dios…Somos colaboradores de su reino de Amor.

Por último, no te olvides de que: ¡Te quiero! Que al igual que los años, el tiempo también hace su trabajo en mi vida, quizás ya no sea la misma niña de 14 años, quizás ya no vuelo tanto como antes, a lo mejor tomo otras formas pero jamás cambia mi esencia y mi Cariño.

Un abrazo Fraterno

Pbro. Oscar Javier Mantilla Fuentes.


viernes, 21 de diciembre de 2012

ORACIÓN POR LOS JOVENES




¡Padre Santo! Pedimos por los jóvenes, que son la esperanza del mundo.
No te pedimos que los saques de la corrupción, si no que la preserves de ella

¡Padre! No permitas que se dejen llevar  por ideologías Mezquinas.
Que descubran que lo mas importante, no ser mas, tener mas, poder mas, si no servir mas 
a los demás.

¡Padre! Enséñale la verdad que libera 
que rompe la cadena de las injusticias.
que hace hombres y forja santos.

Pon en cada uno de ellos, un corazón universal
que hable el mismo idioma
que no vea el color de la piel
sino el amor que hay dentro de cada uno.

Un corazón que a cada hombre le llame hermano, 
y que crea en la ciudad que no conoce fronteras, 
por que su nombre es universo, amistad, amor, Dios.
¡Padre Santo! Cuida a nuestros Jóvenes.

Juan Pablo II




jueves, 20 de diciembre de 2012

ME QUEDO CON EL ¡SI! DE MARIA




Han sido días cargados de trabajo, como todo lo que implica la navidad. De este modo, el apostolado puede resultar en muchas ocasiones desgástante, de ahí que siempre debe estar acompañado por la oración, por la certeza de que es El mismo Cristo quien se vale de nuestra humanidad para entregarse al mundo a través de nuestras manos, nuestra voz, nuestra vida. Que en definitiva, no es nada, más que un ligero soplo que se debilita con facilidad; sin embargo la oración y la comunión con Dios siempre logra retornar a nuestras vidas la paz, la fuerza  y la alegría.

Puedo decir con seguridad, que cada día es diferente aun cuando no quisiera levantarme, Dios está siempre al tanto de la tarea que nos ha otorgado a cada uno, pero no como espectador sino como ayudador y centro de todo lo que somos y hacemos. Procuro repetirle todos los días a mi corazón aquella cita bíblica que dice“Sin mí no podéis hacer nada” Me reconforta el saber, que mas allá de lo que pueda hacer o no en cada lugar  o   con cada persona es Dios el que hace la mayor parte del trabajo, así que mi labor solo consiste en disponerme a su voluntad, cualquiera que sea, es decir que solo basta con un: ¡Sí!

Pero a veces no es tan sencillo. Porque en el corazón suele llenarse de temor, de preguntas, de dudas, de incertidumbre, de incredulidad, de desaliento y de la falta de sentido en todo lo hacemos y profesamos; Asi que el ¡Si! suele estar opacado por mi humanidad. Durante todo este tiempo, he aprendido hacer pausas, en especial cuando a mi forma de ver,  comienzo a caer en el activismo dejando de lado mi relación con Dios, es decir  cuando pierdo de vista el ¡Sí! He intento desesperadamente,  recobrar el sentido del ¡Sí! Dado por primera vez, aquel ¡Sí! Que implica abandono,  descanso, comunicación y un constante Dialogo entre aquel que me habita y lo que soy.

Hoy al estar en Eucaristía, decidí hacer un ¡Stop! Para escuchar, para sentarme a los pies del maestro. Sin nada mas, que mi debilidad, la fatiga del trabajo y del camino. Sin embargo, más que las muchas palabras que se puedan decir durante la homilía, me encontré con una palabra  sencillísima cargada de fe y confianza: El ¡Si de María! En el momento de la anunciación.

Sabiendo así, que la Fe de María seria puesta a prueba cada día. No era solo un ¡Sí! Momentáneo si no uno que comprometía la vida entera, la voluntad de Dios. Uno que le implicaría desgastarse por amor y para el amor, la entrega absoluta en quien habitaba en ella, el mismo Cristo quien se valía de su humanidad para glorificarse en sus entrañas como su ayudador en la tarea salvífica.  De tal forma que cada mañana ella pudiese refirmar el ¡Sí! Dado en aquel momento y que este mismo ¡Sí! Que ahora vivía en sus entrañas  fuera  la fuerza que la  llevara por el largo camino que aun hacía falta por recorrer hasta la cruz.

Pido a Dios que la misma fuerza infundida en ella para no desfallecer sea puesta en mi corazón para poder decirle a Dios con un abandono infinito: "He aquí las esclava del Señor; háganse en mi según tu palabra"



martes, 11 de diciembre de 2012

La vida es un instante


En el día de ayer y por segunda vez  tuve la oportunidad  de ver una película maravillosa, como todas las producciones de Walt Disney.  Es extraordinario como cada largo metraje trae consigo profundas lecciones que hemos olvidado ya sea porque maduramos, trabajamos o estamos inmersos en nuestras propias tormentas mentales. Sin embargo y de una forma casi mágica cada producción nos recuerda siempre lo verdaderamente fundamental por lo cual cualquier hombre gastaría todo su dinero y esfuerzo, solo por recuperar aquello que llamamos amor,  amistad, sueños, vida, los milagros y el corazón de niños que hemos perdido en nuestro afán de crecer.
Quizás siempre he sido muy soñadora  y lucho cada día, cuerpo a cuerpo con esto de crecer y no dejar de lado la niña que gusto ser. Sin embargo hay cosas inevitables, pero no por eso quiero que mi espíritu se marchite  en la cruda realidad. Siempre he creído que mas allá de los muros de la desesperanza, el rencor, el dolor ahí un lugar mejor, un lugar muy parecido al mundo de Walt Disney. Es por eso, que durante todo este tiempo he logrado amalgamar mi realidad a este mundo que todo lo puede y lo soporta, donde el amor tiene el lugar mas importante, donde cada hombre con un corazón de niño le cree a un Dios que todo lo hace posible y que al igual que en un cuento Dios siempre tiene un final maravilloso para cada uno de nosotros.

La película de la que les hablo se llama “La familia del futuro” Narra la historia de un niño que es abandonado en un orfanato y quien después de 12 años aun no ha sido adoptado, pero es un gran genio. Es muy inteligente e intenta inventar un escaneador de memoria que le permita recordar a su madre, con la esperanza de encontrarla.  Por algunas razones posteriores (Tienen que ver la película completa) Logra viajar al futuro en una máquina del tiempo, donde se reencuentra con su versión adulta de una exitoso genio con una hermosa familia. Lo que más logra impactarme de esta película es que al regresar en la máquina del tiempo a su presente, como se lo había prometido; su amigo del futuro lo lleva al momento en que su mamá lo abandono en el  Orfanato.  Es increíble como al estar tan cerca de ella hubiese podido cambiar su destino (Era lo que él había soñado toda su vida) el conocer a su mamá. Sin embargo, no hace nada deja que todo pase como tiene que pasar porque sabe que “Ya tiene una familia” y que su futuro está asegurado.

Qué lecciones tan impresionantes me ha dejado esta película. Pensaba en las muchas cosas que hubiera querido cambiar de mi pasado, quizás si pudiera alterar algunos momentos de mi vida. Pero luego pensé en aquel versículo bíblico que dice “Porque pensamientos de bien y no de mal tengo para cada uno de ustedes, para darles el fin que esperan” Venia a mi mente la posibilidad de que Dios me mostrara mi futuro en su máquina del tiempo y alguna parte de mi con una certeza infinita sabe que: Este sería el mejor lugar del mundo. Y que no alteraría nada de lo que Dios estuviese haciendo en mi vida en este momento por más doloroso he incompresible que perezca… ¡Dios tiene un plan! Solo que en muchas ocasiones creemos tener la razón y seguimos nuestros propios caminos. Lewis (Protagonista) hubiese podido evitar que su madre lo abandonara, pero no hizo. Porque sabía que todo estaría bien el futuro. Y que esto hacia parte del camino para llegar allí ¿Por qué cambiarlo? Quizás estés pasando por una situación similar. Han existido o existen circunstancias en tu vida que quisieras transformar o  te llenan de dolor, pero lo que no sabes es que Dios utiliza cada momento, cada instante para bendecirte en el futuro, para caminar hacia el plan perfecto que él tiene para ti.

Solo al final de la película cuando Lewis dejo que todo sucediera como tenia suceder, al regresar a su presente logro encontrarse poco a poco con aquellas personas que serian parte de su familia, con las que caminaría hacia ese maravilloso futuro que el ya había visto. A lo mejor no tengamos una máquina del tiempo, pero sabemos que hay un Dios en el depositamos toda nuestra confianza y aunque no cambie las circunstancias que estas atravesando es porque está cambiando tu vida y con ella el maravilloso futuro que tiene para ti.

LA VIDA ES UN INSTANTE…DE MARAVILLA QUE NO HACE CAMBIAR Y EL TIEMPO SE VA EN LOS INSTANTES QUE NO SE VAN…





miércoles, 5 de diciembre de 2012

Esperanza.


Es difícil estar aquí, cuando desearías nunca a verlo estado. No existen palabras para describir o narrar aquello que el alma ni  pronuncia  porque le duele, sin embargo entre la aurora  rota y el insomnio aun se respira un poco de aire ¡Ha! de ser la esperanza que se aferra a la vida, que no quiere ni desea morir. ¿Por que no desistes? ¿Por que no te ahogas? Al final no tengo la certeza de que  hace mas daño; si el correr detrás de ti y aferrarme como una moribunda a tu seductora presencia que todo lo alcanza, que todo lo espera y lo soporta, que devuelve la vida hasta al mas mendigo o renunciar a ti y escapar por completo. Pensándolo bien, aunque así lo quisiera no podría hacerlo, por que aun cuando quiero darte muerte  ¡Estas viva! siempre estas ahí   radiante en el corazón del hombre, cubierta  de mis mas profundos anhelos, deseos, sueños, promesas, tan ligada a mi ser, que puedo sentirte respirar conmigo aun cuando desearía no hacerlo. Porque a veces el mirarte desde lejos, pero a la vez tan cerca duele, duele tenerte enredada entre el corazón, entre la certeza y la duda, entre lo que siento y lo que veo.

Pero al igual que ayer sigues ahí,  alimentado  el alma. Me atrevo a decir que eres dañina porque mientras tu eres  inagotable; yo en cambio, soy limite y duda; pero  me alegra el saber, que  nada es suficiente para ti ya que reverdeces en medio de las tierras mas áridas, en la oscuridad mas absoluta, en las circunstancia mas adversas estas ahí , como estrella que alumbra los pasos  de aquellos peregrinos, que nos perdemos con facilidad en en  camino de la desesperanza.

Hoy que el alma tiembla, que se siente lesionada, quiero revestir  tal esperanza, pero no de cualquier forma, si no del rostro del aquel que ES ESPERANZA  que sabiendo y conociendo mi corazón y mi fe me invita a CREER.

"NADA ES MAS GRANDE QUE UN POCO DE FE"